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La verdadera fe a Jesucristo nos recuerda que: El Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad… El apóstol Santiago dice: « ¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe?”» (St 2, 14-18). PF 14.
A
los hermanos y hermanas en Cristo Jesús
El Año
de la fe
es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor,
único Salvador del mundo.
(Porta Fidei 6)
Hoy estamos reunidos
como pueblo creyente de la Iglesia Católica, abrazando con mucha
alegría la convocatoria del Santo Padre Benedicto XVI sobre EL AÑO
DE LA FE, desde este lugar le mandamos un gran abrazo, agradeciendo
profundamente por esta convocatoria al expresar: “He
decidido
convocar un Año
de la fe.
Comenzará el 11 de octubre de 2012, en el cincuenta aniversario de
la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará en la solemnidad
de Jesucristo, Rey del Universo, el 24 de noviembre de 2013. En la
fecha del 11 de octubre de 2012, se celebrarán también los veinte
años de la publicación del Catecismo
de la Iglesia Católica,
promulgado por mi Predecesor, el beato Papa Juan Pablo II, con la
intención de ilustrar a todos los fieles la fuerza y belleza de la
fe”.
PF 4.
Estas palabras han
llegado como una luz porque nuestro pueblo vemos con gran
preocupación que se ha ido debilitando nuestra fe hacia Jesucristo,
hemos reflexionado las causas de las cuales mencionamos lo siguiente:
El
alcoholismo, Ataques con palabras ofensivas de las otras religiones,
la drogadicción, el mal uso de los medios de comunicación, el
consumismo, el anti_testimonio de nosotros mismos, el gran engaño
del programa Anecof, Sistema
político del gobierno, Poder económico, división de las
comunidades por los partidos políticos, desilusión de las personas
por sus líderes que se venden, ambición, corrupción, y utilización
de la pobreza en las autoridades debido a una mala administración
económica y la crisis moral en las familias. Todo esto ha debilitado
la fe.
Las
palabras del santo Padre Benedicto XVI nos da muchas esperanzas con
el documento “La puerta de la fe” al decirnos:
“No podemos
dejar que la sal se vuelva sosa y la luz permanezca oculta (cf. Mt
5, 13-16). Como la samaritana, también el hombre actual puede sentir
de nuevo la necesidad de acercarse al pozo para escuchar a Jesús,
que invita a creer en él y a extraer el agua viva que mana de su
fuente (cf. Jn
4, 14). Debemos descubrir de nuevo el gusto de alimentarnos con la
Palabra de Dios, transmitida fielmente por la Iglesia, y el Pan de la
vida, ofrecido como sustento a todos los que son sus discípulos (cf.
Jn
6, 51)”. (Porta fidei 3)
Queremos renovar
nuestra fe a ejemplo de los que abrazaron la fe y siguieron a Jesús:
“Por
la fe, María acogió la palabra del Ángel y creyó en el anuncio de
que sería la Madre de Dios en la obediencia de su entrega (cf. Lc
1, 38).
Por
la fe, los Apóstoles dejaron todo para seguir al Maestro (cf. Mt
10, 28). Por la fe, los discípulos formaron la primera comunidad
reunida en torno a la enseñanza de los Apóstoles, la oración y la
celebración de la Eucaristía, poniendo en común todos sus bienes
para atender las necesidades de los hermanos (cf. Hch
2, 42-47). Por la fe, los mártires entregaron su vida como
testimonio de la verdad del Evangelio, que los había trasformado y
hecho capaces de llegar hasta el mayor don del amor con el perdón de
sus perseguidores. Por la fe, hombres y mujeres han consagrado su
vida a Cristo, dejando todo para vivir en la sencillez evangélica la
obediencia, la pobreza y la castidad, signos concretos de la espera
del Señor que no tarda en llegar… Por la fe, hombres y mujeres de
toda edad, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida (cf.
Ap
7, 9; 13, 8), También nosotros vivimos por la fe: para el
reconocimiento vivo del Señor Jesús, presente en nuestras vidas y
en la historia.
PF 13.
La verdadera fe a Jesucristo nos recuerda que: El Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad… El apóstol Santiago dice: « ¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe?”» (St 2, 14-18). PF 14.
Con todo esto
creemos y nos comprometemos a la construcción de un pueblo con Paz,
retomando las palabras del Santo Padre Juan XXIII: “Pero
la paz será palabra vacía mientras no se funde sobre el orden cuyas
líneas fundamentales, movidos por una gran esperanza, hemos como
esbozado en esta nuestra encíclica: un orden basado en la verdad,
establecido de acuerdo con las normas de la justicia, sustentado y
henchido por la caridad y, finalmente, realizado bajo los auspicios
de la libertad.
(Pachem in Terris167)
Por tanto nos unimos a los
hermanos y hermanas sobrevivientes de Acteal que mantienen firmes sus
corazones en la búsqueda de la paz con justicia y dignidad, nos
unimos a ellos porque con la excarcelación de los autores materiales
de la masacre se quedan en peligro de un nuevo acontecimiento algo
similar.
También nos unimos al
sufrimiento injusto de Alberto Patishtán, sentenciado 60 años de
prisión por una acusación falsa, nos unimos a sus exigencias de su
inmediata e incondicional liberación.
Por nuestra fe expresamos que
no es voluntad de Dios la situación de corrupción y ambición de
unos cuantos de este pueblo, que lo ha llevado a la pobreza extrema,
y algunas personas por expresar las inconformidades son hostigadas y
amenazadas de muerte, la vida es lo más sagrado que Dios nos ha
regalado; pero también expresamos que no está bien los que en estas
circunstancias se aprovechan solo para intereses personales.
Nos unimos a todas
estas situaciones porque el Santo Padre nos dice:
“Por la fe, muchos cristianos han promovido acciones en favor de la
justicia, para hacer concreta la palabra del Señor, que ha venido a
proclamar la liberación de los oprimidos y un año de gracia para
todos (cf. Lc
4, 18-19).PF14
Nuestra fe y
confianza lo ponemos en Jesucristo puesto que es el Camino la verdad
y la vida (Jn 14, 6)
Nuestro Obispo Don
Felipe Nos dice: “Estamos
convencidos de que cuando alguien en verdad se encuentra con
Jesucristo, cambia su vida, deja de hacer el mal y hace el bien a
todos; por ello, el Papa nos dice: “Siembren
Evangelio y cosecharán reconciliación, sabiendo que donde llega
Cristo, la concordia se abre camino, el odio cede paso al perdón y
la rivalidad se transforma en fraternidad”
(10-IX-2012).
Asumimos y
anunciamos las palabras del Papa Beato Juan Pablo II:
“¡No
teman, abran de par en par las puertas a Cristo!”
Fraternalmente.
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