Peregrinación contra las minas en Chicomuselo



PARROQUIA SAN PEDRO Y SAN PABLO, CHICOMUSELO, DIOCESIS DE SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS. 25 DE NOVIEMBRE DE 2013.
BOLETIN INFORMATIVO.

A LOS DISTINTOS NIVELES DE GOBIERNO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E INTERNACIONAES
A LOS ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS.
A LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD DE MEXICO Y DEL MUNDO.
A LAS DISTINTAS DENOMINACIONES RELIGIOSAS.


El Equipo Sureste de la diócesis de San Cristóbal de las Casas y personas solidarias de nuestra región, nos unimos el día de hoy en el marco de la Festividad de Cristo Rey y del Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres, para caminar juntos y juntas, manifestando nuestra inconformidad ante el actual sistema económico, político y social, que vivimos en nuestro país y en el mundo.

Sostenemos que la causa principal de los males y enfermedades que padecemos es el sistema estructural dominante, que convierte en mercancía todo lo que observa y toca: la educación, la salud, la tierra, la espiritualidad, la política, los gobiernos, las instituciones educativas, religiosas y otras. Promueve estructuras verticales y muchas veces corruptas; debilita la organización en nuestros pueblos y desarmoniza los vínculos comunitarios con la naturaleza y el Creador, pues fundamenta su crecimiento únicamente en lo monetario y en la privatización.

Los pueblos más pobres, que somos los más desfavorecidos y las víctimas preferidas de las estructuras dominantes, estamos llamados a defender el agua, los bosques, los recursos naturales, las comunidades, la biodiversidad, la salud, la tierra y el territorio frente a la voracidad depredadora de empresas trasnacionales.

La negligencia de las instituciones ambientales, las leyes actuales en materia de medio ambiente, la pobreza de nuestras comunidades y los tratados internacionales que nuestro país ha celebrado con los países poderosos facilitan el proceso para que las empresas mineras trasnacionales se apropien del subsuelo de las comunidades, generando resentimiento en los habitantes que intentan defenderse de estos atropellos.

Diversas voces desde distintas partes de nuestro país y del mundo han denunciado las violaciones a los derechos de nuestros pueblos, quienes reivindican su derecho a la consulta libre previa e informada frente a cualquier proyecto que amenace a sus tierras y territorios. La respuesta de los gobiernos en los distintos niveles ha sido el silencio; no hay respuesta sino represión ante estos gritos de justicia. Muchos activistas y defensores del medio ambiente son amenazados, hostigados y asesinados, como el caso de Mariano Abarca Roblero entre nosotros y tantos más que han dado su vida en otros lugares. En la mayoría de los casos no se han castigado a los responsables de estos asesinatos.
Frente a este panorama la Iglesia no puede quedar callada ni indiferente, como espectadora de esta realidad, sino que tenemos el compromiso de cuidar y defender la “Madre Tierra” porque en ella es donde nos desarrollamos como seres vivos, ella es la casa común de todos nosotros y es un regalo que Dios nos ha dado. Actualmente los recursos naturales, como el agua, la tierra y los bosques en la Región Sierra de nuestro Estado de Chiapas se encuentran seriamente amenazados y somos los pueblos quienes tenemos la responsabilidad de cuidarlos y defenderlos.

El Dios creador y formador de todo cuanto existe nos muestra su proyecto de vida para todos y todas: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (San Juan 10,10); una vida en plenitud, sin males, sin injusticia ni explotación. Todos nosotros, hombres y mujeres, estamos llamados a trabajar e instaurar el Reino de Dios aquí en la tierra, trabajando y luchando por un mundo más justo y fraterno e igualitario para todos y todas.

Ante esta situación los y las creyentes comprometidos pedimos:

A los gobiernos en sus distintos niveles:

  • Respeto y reconocimiento de los derechos de los pueblos a sus tierras y territorios.
  • Detener todo tipo de proyectos que atenten contra nuestros territorios como la minería a cielo abierto, hidroeléctricas y monocultivos, que extinguen nuestras semillas criollas.
  • Respetar nuestros espacios de participación y tomas de decisiones en los diferentes ámbitos de la sociedad.
  • Respeto a las leyes en materia de defensa y cuidado del medio ambiente.
  • Respeto al trabajo de los activistas defensores del medio ambiente y de los derechos humanos en general.
  • Justicia a los crímenes cometidos en contra de los defensores del medio ambiente como es el caso de Mariano Abarca Roblero, de Chicomuselo, Chiapas.
  • No a la promoción de semillas transgénicas.

A los pueblos y organizaciones solidarias, pedimos:

  • Comprometernos todos juntos a defender y revitalizar los espacios y vivencias propias de nuestras comunidades: alimentación, espiritualidad, economía, salud, educación, sistema político, lenguas, valores, ceremonias, cultura y semillas, y a transmitir este proyecto de vida a los niños y jóvenes de nuestras comunidades y ciudades.

Como Pueblo Creyente de Chicomuselo y del Sureste:

  • Apoyamos los movimientos sociales que luchan a favor de la justicia desde la no violencia.
  • Nos manifestamos contra todas las estructuras y reformas que pretenden acabar con la vida de nuestros pueblos y comunidades, violentando nuestros derechos.
  • Nos manifestamos en contra de la privatización del petróleo y de otros recursos naturales, porque los consideramos como un patrimonio del pueblo mexicano
  • Nos manifestamos contra los proyectos que manipulan la conciencia de las personas, pues van recogiendo firmas con engaños.
  • Nos manifestamos también en contra de cualquier violencia, física o psicológica, que se ejerza en contra de las mujeres.





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