San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México
22
de diciembre de 2017
El
justo se ve coronado de bendiciones,
pero
la boca del malvado encubre violencia.
Proverbios
10:6 |
Queridos
hermanos y hermanas de la Organización Sociedad Civil Las Abejas de
Acteal, reciban un saludo de las zonas pastorales que formamos el
pueblo creyente de nuestra querida Diócesis de San Cristóbal de Las
Casas.
Abrazamos
con amor y cariño a nuestros hermanos y hermanas mártires que hace
veinte años fueron masacrados mientras oraban por la paz en la
ermita de Acteal. A las y los sobrevivientes y familiares de nuestros
mártires les decimos que la
“Verdad brotará de la tierra y la Justicia mirará desde el
cielo”.
Como
hace veinte años vivimos tiempos de descomposición, el sistema es
cada vez más opresor con nuestra Madre Tierra y con los Pueblos que
en ella vivimos; oprime a las comunidades indígenas, a nuestras
hermanas y hermanos migrantes, a las madres que buscan a su
familiares desaparecidos, a las mujeres que cada día son violentadas
y asesinadas, a las familias que se han desplazado por causa de la
violencia.
Lo
que pasa en las comunidades no se da así nomás, estamos viviendo en
un sistema donde cada vez se ve más claro la lucha por el poder
a través de los partidos políticos y de los que están disfrazados
de “independientes”, que salieron de partidos y su ambición es
llegar al poder para seguir oprimiendo. Un sistema que le apuesta a
seguir dividiendo a nuestras comunidades a través de sus dádivas de
programas sociales o creando leyes opresoras al pueblo como la Ley de
Seguridad Interior que le da permiso a los militares de seguir
masacrándonos.
Hermanas
y hermanos de Las Abejas, en
este tiempo que hacemos memoria del corazón es importante ver el
paso de Dios que nos dice “He oído los lamentos de mi pueblo, que
han subido hasta mi”, Dios ha escuchado nuestras quejas,
preocupaciones, sufrimientos y sabemos que nos ha respondido a través
de la vida de nuestros mártires de Acteal, de las palabras del Papa
Francisco, de nuestro tercer sínodo diocesano y del caminar del
pueblo que busca paz y justicia.
Dentro
de esta realidad de muerte que quiere oprimirnos aun más, los
pueblos estamos presentes caminando con fe y esperanza en el
resucitado. La respuesta es nuestra, recordemos también
que Dios manda a Moisés para liberar a su pueblo, y decimos que hoy
todos somos Moisés, invitados a salir de nuestras casas, a liberar a
nuestro pueblo. Dios nos pide eso.
Desde
nuestra misión de denuncia, como Pueblo Creyente, decimos que no
queremos más familias que lloren por sus hijas e hijos asesinados o
desaparecidos por la violencia generada por el Estado, que no
queremos megaproyectos que maten a nuestra Madre Tierra, no queremos
sus programas sociales y proyectos que enferman y dividen a nuestras
comunidades, que no creemos en los políticos ni sus partidos, ni en
sus jueces que le apuestan a la impunidad.
Es
tiempo de que el Reino de Dios se haga posible en nuestra vida
diaria. El Reino de Dios ya se está dando; es algo tranquilo,
pequeño, no se da en lo grande como un espectáculo político. Se da
en nuestras comunidades, donde estamos apostando a un mundo mejor en
la construcción de la justicia verdadera, la paz, la unidad y en
donde vivimos con dignidad.
Es
tiempo de unir fuerzas y luchar contra este sistema injusto y
opresor. Como Pueblo Creyente nos unimos a la buena política que van
construyendo los pueblos como es el trabajo del Congreso Nacional
Indígenas (CNI) y del Concejo Indígena de Gobierno (CIG), así como
de otras acciones que nos invitan a organizarnos desde abajo. ¡Es la
hora de los pueblos!
Hermanas
y hermanos de Acteal, nuestro pensamiento y corazón saben que el mal
gobierno nunca va a dar justicia. La justicia no vendrá de las
corruptas instituciones de gobierno, es por ello la necesidad de
trabajar juntas y juntos como pueblos y con las organizaciones que
trabajan por la vida para ir consolidando la justicia verdadera.
El
Reino se manifiesta en todas las personas que vamos buscando la
justicia y la paz. Nos hace falta mucho por hacer, pero vamos
avanzando para construir algo nuevo.
Los
poderosos le apuestan a la impunidad, nosotros a la Justicia
Verdadera; ellos le apuestan al olvido, nosotros a la Memoria.
¡Vivan
los Mártires de Acteal!
¡Vivan
Las Abejas de Acteal!
Pueblo
Creyente de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas
Fotos: Mujeres Abejas. Carlos Ogaz / Cortesía Frayba
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