Profesor e indígena Andrés López Hernández denuncia tortura en su detención e injusto encarcelamiento.
Pichucalco, a 25 de junio del 2012, en
Cereso Núm 11.
Fray Bartolomé de Las Casas
Derechos Humanos Nacional
y Internacional para los indígenas.
Dependencia no gubernamental
de San Cristóbal de Las Casas.
P R E S E N T E
Por medio de este me dirijo ante
ustedes de la manera mas atenta y respetuosa, quienes protege mi
derecho, como ciudadano y como soy de la cultura maya etnia tsotsil,
conocido como indigena por nacimiento, “contando mi historia,
alegando y exigiendo mi libertad por derecho”.
Por hecho y derecho, que nos
corresponde, publicar en todos los medios de comunicación, por
ejemplo la prensa nacional, la radio, la televisión y en la red o
internet, la injustica que estoy viviendo hoy en día estando en la
cárcel, para que se enteren las otras naciones que el gobierno
comete injusticias con los indígenas.
Yo Andrés López Hernández, soy
profesor de nivel primaria bilingue en la lengua tsotsil, como
maestro soy formador de los niños en la educación primaria para
buenos futuros ciudadanos, pero el gobierno y la policía me
detuvieron brutalmente con golpes, a punta de cañón con arma de
fuego, me consideran como un delincuente cosas que ellos lo
inventaron, para que me tienen en la cárcel injustamente, llevando
un tiempo de año y medio estando preso injustamente, llevando todo
tipo de maltrato, por el delito que no cometí.
Historia: El día 17 de enero del 2011,
fui a visitar a mi madre querida en el Municipio de Pueblo Nuevo
Solistahuacan, Estado de Chiapas, junto con mi esposa y madre que
íbamos a comer aproximadamente como a las 12:30 pm, entraron 7
personas con armas de fuego, sin presentar alguna identificación de
quienes eran, golpearon a mi esposa y a mi madre, junto con mi
hermano Josué y con su esposa nos agarraron brutalmente,
golpeándonos, mi madre me dijo después de mi detención, que
rompieron la chapa de la puerta de su cuarto. Rompieron el espejo de
su ropero donde guarda su ropa de mi madre, sin ningún orden de
cateo en la casa habitacional entraron, por sus propios valores de
sus armas de fuego.
En ese momento me pusieron venda en mis
ojos y me pusieron pasamontaña, me esposaron la mano y mis pies, me
decían que eran grupo “Z”, me decían que me estaban llevando a
Villahermosa, Tabasco, eso decian, en ese lapso de tiempo me
golpearon, me quitaron todas mis pertenencias, mi dinero que llevaba
1,750.00 pesos. Un reloj marca casio original, una chamarra de piel,
un recuerdo de matrimonio llevando poco tiempo de casado, me quitaron
un celular, mi cinturón y me rompieron una camisa casi nueva. Me
quitaron la venda y la pasamontaña, nos agacharon brutalmente para
no ver ni conocer por donde me llevaban, pero me dí cuenta que me
estaban llevando a Tuxtla Gutiérrez, capital del Estado de Chiapas,
llegamos en un lugar donde había más personas pero me bajaron del
carro, me pusieron venda en mis ojos, me metieron en un cuarto ya con
los ojos nuevamente vendados luego ellos me desnudaron a golpes y
brutalmente por completo, me tiraron al suelo hacia arriba, me
empezaron a golpear como un animal, con mis pies atados, que no tiene
sentido, luego de tanto golpes me rompieron dos costillas en la parte
izquierda, después cuando ya no soportaba el dolor de las patadas,
me empezaron a echar agua sucia y apestosa en mi nariz y en mi boca,
mi garganta lo lastimaron, donde hoy en día sufro ese dolor en mi
garganta y quede lastimado mis anginas, hoy en día llevando un
tratamiento que la coordinación del CERSS donde me encuentro no me
pagaron mi estudio para los análisis. No entiendo porque tanto asi
la injusticia que hacen.
Después de los golpes que me dieron en
mi costilla, quedé un mes con dolor aguantando, donde no me podía
dormir, no me podía dar la vuelta en la litera, luego cuando anduve
con ese dolor, ellos mismos me obligaron a poner mis huellas y mis
firmas, que nunca leí el oficio qué tanto me pusieron, no tenían
por donde basarse la verdad. Luego nunca tuve un abogado de
confianza, ellos lo inventaron todo, el delito que no cometí,
obligadamente y a punta de cañón de arma de fuego me hicieron
firmar.
Recibiendo una injusticia sin cometer
este delito, realmente el gobierno no le importa la situación, que
reciba la injusticia, luego nos arraigaron a mí y mi hermano, casi
un mes en Chiapa de Corzo en la Quinta Pitiquito. Sin poder
comunicarme con mi familia, sin contar con un abogado, recibiendo el
maltrato psicologico, emocional y físico y de mi raciocinio, estando
sujeto en el arraigo, me llegaron a sacar a firmar unos papeles de
nuevo, que nunca me permitieron leer, no quería firmar pero me
golpearon otra vez.
Después del arraigo me trasladaron al
Juzgado en Bochil a disposición del Juez Mixto, ese mismo dia me
notificó un lic del juzgado para mi declaración preparatoria, pero
horas después me sacaron los grupo Tactico Lobos, me trasladaron al
municipio de Huxitla, frontera con Guatemala, donde queda a 20 horas
ida y vuelta de mi familia. Es la estrategia que usaron, para no
poder demostrar mi inocencia, ni aportar pruebas a mi favor, luego
estuve un año en esa cárcel de Huxtla que no compete nuestro caso,
porque no cuentan con ningun traductor en mi lengua. Después de un
año, me trasladaron en la cárcel de Pichucalco, donde me encuentro
recluído actualmente, pero igual no tienen ningún traductor en mi
lengua. Esta es la injusticia que he recibido como profesor y como
indígena.
Atentamente.
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