“Grita
con fuerza y sin miedo. Levanta tu voz como trompeta y denuncia a mi
pueblo sus maldades, y sus pecados”. Is. 58, 1.
PARROQUIA
SAN PEDRO Y SAN PABLO, CHICOMUSELO, CHIAPAS.
DIOCESIS
DE SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS.
6
DE MARZO 2020
A
LOS TRES NIVELES DE GOBIERNO: MUNICIPAL, ESTATAL Y FEDERAL
A
LOS ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS
AL
PUEBLO CREYENTE
A
LAS MUJERES Y HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD
En
el marco de la conmemoración del Día Internacional de la mujer, el
día 8 de marzo ha quedado guardado en la historia y en la memoria de
muchas mujeres como el día en que se reivindican nuestros derechos
humanos a una vida digna, plena y libre de toda opresión.
Hoy,
mujeres y hombres, jóvenes, niñas y niños nos juntamos para unir
nuestras voces y expresar juntas y juntos nuestros dolores, nuestros
sufrimientos como pueblo de Chicomuselo. Como mujeres y hombres de fe
creemos firmemente que el Dios verdadero es quien siempre suscita y
acompaña procesos de liberación, de justicia y dignidad.
La
cruz que cargamos la mujeres y nuestros pueblos es de un sistema que
genera opresión, marginación, pobreza y muerte.
Ante
la situación actual de inseguridad, violencia, asesinatos, la falta
de humanización y acceso a la justicia es un atentado contra la
dignidad de las personas y los derechos fundamentales de nuestras
comunidades y por ello “La Iglesia no puede ni debe quedarse al
margen en la lucha por la justicia” (Documento de Aparecida # 385.)
La
venta de bebidas alcohólicas, el aumento de cantinas, centros de
prostitución en Chicomuselo es fuente de muchos males, que va
generando una descomposición social con la violencia en inseguridad.
Somos las mujeres las más vulnerables ante esta situación, ya que
sufrimos la violencia física, psicológica, emocional, económica y
estructural dentro y fuera de nuestros hogares, hemos insistido
constantemente en el reconocimiento de nuestros derechos
fundamentales a una vida digna y en paz, para nosotras, nuestras
hijas, hijos y para nuestras comunidades, sin embargo nuestra voz no
ha sido escuchada.
Nos
preocupa e indigna la indiferencia de las autoridades ejidales,
municipales, estatales y federales cuando denunciamos y nos culpan a
nosotras por la violencia que vivimos.
Quienes
denunciamos las injusticias y violencia que hay en nuestro pueblo
hemos sido amenazados. Son muchos los casos de hostigamiento,
persecución y amenaza contra quienes defendemos la vida de nuestras
comunidades. Como el caso del ejido Lázaro Cárdenas donde está la
lucha contra el reparto de bienes comunales que son una importante
área forestal de la comunidad y donde prevalece el interés de unos
cuantos sobre los acuerdos de la mayoría y donde están siendo
amenazados de muerte servidores de la comunidad y miembros de la
directiva del consejo de vigilancia por el comisariado ejidal y su
directiva.
Nos
duele la situación del hermano Arsenio Velasco Rodríguez, diacono
permanente de la comunidad de Saltillo, perteneciente a la Misión
Guadalupe, municipio de Las Margaritas, Chiapas, quien fue
secuestrado el día 4 de marzo cuando se dirigía a su trabajo por
personas de la comunidad de San José Zapotal, Las Margaritas y
quienes mantienen cercada a la comunidad de Saltillo, privándolas de
sus derechos fundamentales.
Hacemos
un llamado a las personas de San José Zapotal que mantienen privado
de su libertad al Hermano Arsenio Velasco Rodríguez y sitiada a la
comunidad de Saltillo que respeten la vida y la dignidad de las
personas y se trabaje por la paz desde el dialogo y justicia, no con
las armas.
Ante
esta situación que vivimos como mujeres y hombres de fe no podemos
guardar silencio y el por ello el papa Francisco dice a la iglesia:
“No enmudezcan ante las injusticias que sufren las personas,
esfuércense por generar cambios desde la dignidad humana”. (Papa
Francisco. 31/03/2018)
Por
ello denunciamos y alzamos la voz como pueblo exigiendo:
Liberación
inmediata al hermano ARSENIO VELASCO RODRÍGUEZ.
Cierre
de cantinas y cancelación de permisos para la venta de bebidas
alcohólicas en las comunidades y cabecera municipal de Chicomsuelo,
Alto
a la violencia contra las mujeres, jóvenes, niñas y niños.
No
más amenazas, persecución y hostigamiento contra servidoras y
servidores que trabajan por la paz con justicia y dignidad.
Se
dé seguimiento al caso de feminicidio de la hermana VIRGILIA
VILLATORO, asesinada el 28 de octubre de 2017 en Pablo L. Sidar,
Chicomuselo.
No
a la explotación de los recursos naturales.
No
a la militarización
No
a las amenazas contra los que cuidan y defienden la Madre Tierra
Es
el tiempo, el ahora de caminar y trabajar juntas y juntos para hacer
posible una sociedad justa donde se respeten los derechos de mujeres
y hombres, donde se viva la igualdad, la solidaridad, la justicia y
la paz.
El
ahora, para juntar nuestras manos y construir desde nuestra dignidad
de hijas e hijos de Dios el mundo que soñamos.
Coordinación
diocesana de Mujeres
Parroquia
San Pedro y San Pablo, Chicomuselo, Chiapas
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