Organización
Sociedad Civil Las Abejas de Acteal
Tierra
Sagrada de los Mártires de Acteal
Municipio
de Chenalhó, Chiapas, México.
Ejido
Candelaria, Municipio de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas;
a 14 de noviembre de 2017.
Victoria
Lucia Tauli Corpuz
Relatora
Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
PRESENTE.
Respetable
señora Victoria,
Mi
nombre es Guadalupe Vásquez Luna, tengo de 30 años de edad y el 22
de diciembre de 1997, perdí a 9 integrantes mi familia, incluido mi
padre y mi madre, aquel día en que los paramilitares priístas
atacaron mi comunidad.
Este
22 de diciembre cumplen 20 años de la Masacre de Acteal, en donde
paramilitares priístas y cardenistas entrenados y armados y
entrenados por el Ejército Mexicano en el marco de la estrategia
contrainsurgente diseñada dentro del Plan de Campaña Chiapas 94,
ese día masacraron a 45 personas, entre ellas 4 que aún no nacían.
La mayoría eran niñas, niños y mujeres.
La
Masacre de Acteal es un mensaje del Estado mexicano hacia las
comunidades indígenas y a los movimientos sociales que luchan contra
un sistema de gobierno entreguista, represor, que desprecia y que no
respeta a los pueblos indígenas como sujetos de su propia historia y
de derecho en un país en donde la democracia, la libertad y la
soberanía son meros discursos.
Esta
Masacre no cabe duda de que es un crimen de Estado, aunque el mismo
gobierno mexicano encabezado en ese entonces por Ernesto Zedilo Ponde
de León, dijo a través del Libro Blanco elaborado por la
Procuraduría General de la República (PGR) que “Acteal fue causa
de un conflicto intra o inter comunitario”. Siendo que nuestro
verdadero delito es luchar por la paz y la justicia.
Hay
muchas pruebas de cómo el Estado mexicano no quiso evitar la
Masacre, porque meses antes estuvimos denunciando públicamente y
presentamos denuncias formales ante la Sub Procuraduría de Justicia
Indígena con sede en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas,
encabezado por el lic. David Gómez Hernández sobre los hechos
previos a la Masacre de Acteal. Además varios periodistas locales y
nacionales dieron a conocer de una posible tragedia en el municipio
de Chenalhó, sin que el Estado mexicano interviniera. Así mismo, 15
días antes de la Masacre el periodista Ricardo Rocha realizó un
reportaje sobre la situación de los desplazados forzados y el
conflicto en Chenalhó cometida por los paramilitares, el cual lo
transmitió en una televisora con audiencia a nivel nacional, pero,
Ernesto Zedillo lo calificó como un mero montaje.
Los
responsables de la masacre de Acteal son funcionarios del gobierno de
alto nivel como el mismo Presidente de la República, el Secretario
de la Defensa Nacional, el Secretario de Gobernación, el Gobernador
de Chiapas, la policía estatal, los agentes del ministerio público,
el alcalde municipal de Chenalhó y entre otros que sabían de la
violencia en el municipio de Chenalhó en contra de la población
civil y en específico contra los miembros de la Organización
Sociedad Civil Las Abejas de Acteal, quines somos un grupo pacifista
que luchamos por la justicia, la defensa de la Madre Tierra y el
Territorio y en general contra el sistema capitalista neoliberal.
El
Estado mexicano no sólo no pudo evitar la Masacre, sino, la
propició. Ante el contexto en el que se dio la Masacre de Acteal,
mucha razón nos sobra en denunciar al Estado mexicano al cometer un
crimen de lesa humanidad.
Con
la presión de la sociedad civil nacional e internacional y de
organismos de derechos humanos comprometidos con la verdad y la
justicia, el gobierno mexicano se vio obligado a detener a varios
autores materiales de la masacre, pero, a los autores intelectuales
quienes idearon y ejecutaron el Plan de Campaña Chiapas 94, hasta la
fecha no se les ha investigado. Hoy en día los autores materiales
están libres, gozan de impunidad, de apoyos del gobierno y continúan
hostigando a nuestras familias, diciendo que que pueden cometer más
violencia porque tienen sus armas, las cuales nunca han sido
decomisadas. Se pasean libre mente por nuestros camino,
amenazándonos.
El
Estado mexicano en lugar de avanzar en la justicia por la Masacre de
Acteal y dar a conocer la verdad de los ocurrido, 10 años después
de esta infamia, a través de la mal llamada Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN) liberó a todos los paramilitares
autores materiales de la masacre señalados directamente por los
testigos sobrevivientes de dicha Masacre. Con este fallo de la que se
creía ser la casa máxima de justicia del país, se confirma el
paquete completo del Plan de Campaña Chiapas 94 aun vigente; que va
desde crear y entrenar a los paramilitares, no generarles procesos o
integrar mal las averiguaciones previas y contratar a abogados
particulares de instituciones privadas quienes se encargarían de
liberarlos, para que así, desviar la investigación hacia los
autores intelectuales por su responsabilidad en este crimen.
Al
comprobar que las instancias de justicia mexicanas están de lado de
los autores materiales e intelectuales de la Masacre de Acteal y que
son cómplices de la impunidad, fue así que interpusimos la demanda
ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), en
donde actualmente el caso está en la etapa de fondo y esto quiere
decir que la CIDH se pronuncie por la responsabilidad del Estado
mexicano y le recomiende investigar, identificar a los responsables y
sancionarlos, además de reparar el daño.
Pero
mientras esperamos el pronunciamiento de la CIDH en el caso Acteal,
la impunidad sigue, es como un cáncer que desgasta y, aunque hayan
ya pasado 20 años en que perdimos a nuestros padres, hermanas y
hermanos, nos sigue doliendo, nos sigue afectando psicológicamente,
porque los paramilitares están libres caminando en nuestras
comunidades, gozando de sus premios que el Estado mexicano les
otorgó, hemos denunciado varias veces que aquí en México se
condena a los inocentes y se premian a los asesinos.
La
consecuencia de la impunidad se ha profundizado y generado más
violencia, porque los gobiernos en turno siguen las mismas
estrategias políticas contrainsurgentes que sus antecesores,
por ejemplo en la colonia Miguel Utrilla Los Chorros y colonia
Puebla, conocidos como cuna de los paramilitares priístas y
cardenistas de Chenalhó, violan derechos de nuestros compañeros y
los discriminan por su forma de pensar diferente, por ser parte de
nuestra Organización.
El
Estado mexicano no ha tenido la mínima voluntad política de
asegurar la no repetición de hechos como el de la Masacre de Acteal,
y no podemos vivir en paz y libres mientras los autores materiales e
intelectuales sigan libres. Y en la propia voz de los paramilitares
liberados dicen presumiendo que “podemos volver a matar si
queremos, porque el gobierno nos paga por hacer eso”.
Señora
Relatora, como víctimas, sobrevivientes de la Masacre y miembros de
un Pueblo Indígena como lo es el tsotsil, estamos cansadas y
cansados de tanta injusticia, humillación, desprecio, discriminación
de parte del Estado mexicano. A pesar de ello, nos hemos propuesto
junto con otros pueblos originarios el de construir una Otra
Justicia, digna y humanizada, porque el mal gobierno en México ya
demostró su nula voluntad política de servir como un gobierno del
pueblo, sino, es un gobierno que sirve a los intereses de unos pocos
de clase alta, capitalistas y poderosos.
Y
este año que cumplen 20 años la Masacre de Acteal, hemos iniciado
una Campaña Acteal: Raíz, Memoria y Esperanza, con el objetivo de
visibilizar nuestra lucha por la justicia y contra la impunidad,
aunque este 22 de diciembre se cierra esta campaña, no quiere decir
que ya nos quedaremos sentados y cruzados de brazos para que alguien
nos traiga la justicia, sino, que seguiremos trabajando en ella,
hasta que los responsables de este crimen sean juzgados para que
nunca más dañen a la vida y dignidad de cualquier ser humano en
Chenalhó, en Chiapas y en México.
Señora
Relatora, en México no hay justicia, la dilación es discriminación.
Las armas de los paramilitares siguen ahí en las comunidades, la
violencia contra las mujeres masacradas nunca se ha investigado. No
sabemos cuantos años más deben pasar para conocer la verdad y ver
la justicia. Acteal sigue siendo una herida abierta y pedimos su
intervención para que la justicia no siga prolongándose.
Señora
Relatora, nos preguntamos ¿qué puede hacer Usted, desde su mandato,
para que Acteal tenga justicia en estos 20 años de impunidad? ¿qué
tenemos que hacer para conocer la justicia?
Con
mucho dolor en nuestro corazón venimos hasta aquí, ya que debido a
la administración del conflicto por límites territoriales de más
de 40 años, entre el municipio de Chalchihuitán y Chenalhó, que el
mismo gobierno creó, la violencia ha aumentado en estos días,
motivo del cual no puedo usted ver la prueba material de la Masacre
de Alteal, el Mulkenal lugar en donde se encuentran sepultados
nuestros familiares víctimas de la Masacre, tierra sagrada de los
mártires y sitio de la memoria y la esperanza.
Le hago entrega de este libro Acteal: resistencia, memoria y verdad, elaborado por el Dr. Carlos Martín Beristain y el Dr. Francisco Etxeberria Gabilondo, aquí encontrará el impacto colectivo de la Masacre de Acteal, nuestro testimonio sobre la impunidad más clara que vivimos nosotras las víctimas y sobrevivientes de la guerra de baja intensidad utilizada como estrategia contrainsurgente.
Señora
Relatora, agradecemos su atención y le pedimos llevar nuestra
palabra y tenga repercusión ante las instancias correspondientes,
para este grave crimen no vuelva a repetirse.
Respetuosamente,
Guadalupe
Vásquez Luna
Sobreviviente
de la Masacre de Acteal
La
Voz de la Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal
Por la Mesa Directiva:
Vicente
Jiménez Sántiz
Antonio Ramirez Pérez
Sebastian
Pérez Pérez
Javier Ruiz Hernández
Reinaldo
Arias Ruiz
Sebastián Cruz Gómez
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