Ustedes,
los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y
hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está,
en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y
promover alternativas creativas…ustedes son sembradores de cambio”
–
Papa Francisco
25
de Noviembre de 2016.
A
la opinión pública nacional e internacional,
A
los obispos de México,
A
las organizaciones no gubernamentales,
A
las diferentes creencias religiosas,
A
las organizaciones sociales,
A
las autoridades estatales y federales,
A
los centros de Derechos Humanos,
A
los medios de comunicación,
A
todos los hombres y mujeres que trabajan por la paz.
¡Queremos
vida verdadera para nuestros pueblos y para nuestra Madre Tierra !
Somos
hombres y mujeres totsiles, tseltales y ch’oles de diversas
comunidades que integran el Movimiento en Defensa de la Vida y el
Territorio; hemos peregrinado durante 12 días por 11 municipios,
desde Salto de Agua hasta Jovel, para reconocer la grandeza de
nuestro territorio; hemos pasado por sus bellos ríos caudalosos, por
sus montañas verdes, por sus bosques todavía frondosos. Hemos
reconocido los diferentes rostros indígenas de nuestra gente; hemos
celebrado la vida según los ritos de cada comunidad; hemos rezado y
danzado para agradecer las maravillas de nuestra cultura, la belleza
de la creación y de nuestra Madre Tierra. Pero también hemos andado
para escuchar los problemas de nuestras comunidades y los riesgos que
amenazan a nuestra cultura y a nuestra Madre Tierra con megaproyectos
y supercarreteras. Caminamos para unirnos en una sola voz, para dar
voz a la tierra que clama respeto y protección, que exige de todos
una actitud de cuidado y agradecimiento. Esta peregrinación ha sido
un momento de gracia para nosotros, porque hemos podido conversar,
reflexionar y soñar como un solo pueblo.
Hemos
platicado que el problema con el gobierno no es sólo que no entiende
nuestras culturas, sino que quiere dividirnos, por eso nos enfrenta y
atenta contra nuestra vida comunitaria. Esta mega-peregrinación
fortaleció nuestra vinculación, nuestra raíz, nuestra pertenencia
a la tierra que nos exige que caminemos juntos. Ya no es posible
acabar con el mal gobierno desde cada municipio ni luchar contra el
gran capital desde cada trinchera, vemos que es necesario que cada
pueblo sienta suyo el problema de otra comunidad. La organización
comunitaria es nuestra arma contra la división, la cura para el
miedo y para alimentar la esperanza entre nuestros pueblos. Como
pueblos originarios sentimos que nuestra pertenencia comunitaria a la
Madre Tierra es nuestra espiritualidad; por eso, creemos que no sólo
tenemos que denunciar la destrucción de nuestro territorio por la
ambición de los extractivistas, sino debemos cuidarla. Por eso, el
fortalecimiento de nuestras raíces comunitarias es el camino para
cuidar nuestra casa común
Nos
sentimos llamados a denunciar los signos de muerte que aparecen en
nuestro territorio y anunciar el espíritu de vida comunitaria que
surge de nuestra cultura. Somos pueblo creyente en Movimiento. Bien
nos comentó nuestro obispo Enrique Díaz en la misa en Tenejapa el
22 de noviembre pasado: “Examinen y disciernan si las promesas de
los partidos políticos están basadas en el servicio, la justicia,
el respeto a las personas y si no, no les crean. Porque hoy hay quien
dice que seremos felices con lo de nosotros pero la estructura
económica son piedras que están podridas, que no están fundadas en
la fraternidad, ni en el amor, ni en el compartir”. Hemos
reflexionado sobre el sistema de partidos que parten a la comunidad,
por eso buscamos otras alternativas, como el gobierno comunitario. No
sólo es decir que buscamos la autonomía, queremos una autonomía
comunitaria, que rescate la herencia cultural que nos dejaron
nuestros abuelos.
Hace
cuatro años comenzamos a caminar para demandar el cierre de cantinas
y denunciar el alcoholismo inducido en nuestros municipios.
Descubrimos que era un problema que compartíamos y por eso nos
unimos. Después fue la amenaza de la súper carretera San
Cristóbal-Palenque lo que unió esfuerzos. Hoy vemos que nuestra
lucha es más grande, tenemos la tarea de defender la vida, nuestra
cultura y los bienes comunes que hay en nuestro territorio. Hoy como
Movimiento en defensa de la vida y el territorio queremos
pronunciarnos por lo siguiente:
Rechazamos toda violencia y
discriminación contra las mujeres. Hoy, por ser el día
internacional en contra de la violencia a las mujeres, recordamos que
las mujeres seguimos siendo víctimas del machismo, del alcoholismo y
del asistencialismo de los programas de gobierno. Las mujeres del
MODEVITE reclamamos el derecho a ejercer nuestra libre determinación
como mujeres indígenas para cuidar la Madre Tierra y la vida de
nuestras comunidades.
Denunciamos los riesgos de proyectos
hídricos y eco-turísticos alrededor del Rio Chacté en San Juan
Cancuc, del Río Jataté en Ocosingo, del río Tulija en Salto de
Agua y de la laguna Suyul en Ejido Candelaria de San Cristóbal de
las Casas.
Respaldamos la lucha del pueblo ch’ol
de Salto de Agua contra la pretensión de construir una represa en el
“Paso del Naranjo”; la lucha del pueblo tseltal de Chilón contra
la privatización del agua y secuestros, la amenaza de la represa del
Nance en Altamirano y nos sumamos a los tsotsiles de Huixtan contra
la represa del Río Florido.
Nos preocupa la alarmante migración
de jóvenes, hombres y mujeres, de nuestras comunidades,
principalmente en Tumbalá, por la falta de oportunidades para
estudiar y trabajar en su tierra.
Denunciamos la corrupción política
en nuestros municipios. En especial recordamos a Yajalón, Chilón,
Ocosingo y Oxchuc, en donde los recursos municipales se han vuelto el
botín codiciado de partidos políticos y de intereses particulares.
No queremos soldados en nuestras
comunidades. Ellos son una presencia que amenaza y trata de intimidar
nuestra vida, no son necesarios en nuestras comunidades, exigimos que
se retiren a donde verdaderamente los criminales se encuentran.
Nos oponemos al proyecto de la
supercarretera que solo favorece el saqueo de los bienes comunes de
nuestro territorio para enriquecer a las trasnacionales y destruye la
vida y la cultura de nuestras comunidades. Nos oponemos a los
monocultivos que dañan nuestra Madre Tierra, y rechazamos el maíz
transgénico que atenta contra nuestra herencia cultural. No queremos
químicos en nuestra siembra.
Como pueblos originarios exigimos el
respeto de nuestro derecho a la autonomía y a la libre
determinación. Queremos que nos dejen ejercer nuestra capacidad
instituyente y que se reconozcan nuestras formas comunitarias de
ejercer el gobierno y la autoridad.
Respaldamos el clamor general por
refundar nuestra constitución política para que responda a las
aspiraciones de justicia social y buen convivir de nuestros pueblos.
Nos solidarizamos con las otras luchas
por defender la vida y el territorio de nuestros pueblos hermanos:
con los de Chicomuselo contra la extracción minera, con los pueblos
del istmo de Tehuantepec contra las empresas eólicas, con
Xochicuauhtla, los hermanos de Acteal, los compañeros purépechas de
Cherán, nuestros hermanos de Ayotzinapa, los integrantes del
magisterio en lucha y el pueblo creyente de Simojovel, entre otros.
Estamos
informados de lo que sucede con los pueblos indígenas hermanos de
nuestro Estado en relación al extractivismo y mencionamos algunos
casos: en el tema de minería, sabemos que en los últimos tres
sexenios se han entregado a particulares –entre ellos a
prestanombres de los empresarios Carlos Slim y Salinas Pliego- 99
concesiones mineras que abarcan 1.5 millones de hectáreas; los
dueños de estas tierras serían desplazados de sus territorios y
quienes habiten en zonas colindantes serían afectados por la
contaminación que esta industria genera. En términos de
hidroeléctricas, sabemos que la Comisión Federal de Electricidad
tiene identificada a Chiapas con una entidad con gran potencial
hidrológico y mantiene vigentes 90 proyectos para la construcción
de hidroeléctricas de diferentes capacidades; es indignante que
actualmente se produzca en este Estado el 48% de la energía
eléctrica del país sin que ello traiga beneficio alguno para las
personas de la región. En términos de la siembra de transgénicos,
sabemos que de 2010 a 2016 Monsanto sembró soya transgénica en 13
municipios de Chiapas y fue hasta junio de este año que la Suprema
Corte de Justicia de la Nación resolvió a favor de la suspensión
de esta siembra por la demanda de grupos ambientalistas porque afecta
a la bio-diversidad y puede provocar daños a la salud, sin embargo,
Monsanto sigue presionando a través del programa “semilleros del
futuro”. En el tema de pozos de hidrocarburos, sabemos que para el
2017 se tienen proyectada la perforación de 12 pozos para extraer
gas y aceite en la zona indígena zoque; esta obra afectará 845
kilómetros cuadrados ubicados en los municipios de Tecpatán,
Francisco León, Ixtacomitán y Pichacalco. Sabemos también que el
gobierno federal aprobó este año la creación de las Zonas
Económicas Especiales que en los hechos pretende facilitar a la
iniciativa privada la inversión en el estado para el desarrollo de
sus empresas y negocios vinculados con la industria extractiva. Ante
todo esto, decimos: No al saqueo de nuestra tierra y no al engaño
del gobierno; estaremos vigilando y velando por el cuidado de
nuestros pueblos y su territorio.
No
es posible tanta amenaza. Urge un cambio entre nosotros y por eso nos
sumamos a la propuesta del Congreso Nacional Indígena de consultar a
nuestras comunidades sobre la decisión de participar en las próximas
elecciones nacionales con una candidata indígena independiente.
Compartimos el mismo objetivo, creemos que es necesario fortalecer la
voz de nuestros pueblos indígenas en la agenda política y por eso
esta iniciativa la queremos llevar a nuestras comunidades y
municipios.
Por
último, queremos decir que esta mega-peregrinación no sería
posible sin la solidaridad de los hermanos y hermanas, de los
sacerdotes y agentes de pastoral, que nos recibieron en las distintas
parroquias donde pasamos. Estos hermanos nos recibieron, nos
cobijaron, nos dieron de comer y nos hospedaron. También,
agradecemos y creemos que la solidaridad entre pueblos y comunidades
es la única posibilidad que tenemos para construir algo nuevo para
todos.
Exhortamos
los demás pueblos a que se sumen en la defensa de la Madre Tierra,
en el cuidado y prevalencia de sus culturas. Ya no podemos trabajar
divididos sino que es necesario unirnos por nuestros pueblos, por
nuestro Territorio. No tengamos miedo de acercarnos unos a otros para
buscar la vida verdadera. El miedo es una de las herramientas del
capital que nos paraliza. Movilicémonos como dice el Papa Francisco:
“las soluciones reales a las problemáticas actuales tienen que ser
fruto de un discernimiento colectivo que madure en los territorios,
junto a los hermanos, un discernimiento que se convierte en acción
transformadora”
Dado
en el municipio de Jovel dentro de la Diócesis de San Cristóbal de
las Casas, Chiapas, a los 25 días del mes de noviembre del año 2016
MOVIMIENTO
EN DEFENSA DE LA VIDA Y EL TERRITORIO
PUEBLO
CREYENTE DE LAS PARROQUIAS DE:
Candelaria,
Huixtán, Tumbalá, Cancúc, Tenejapa, Oxchuc,
Ocosingo,
Altamirano, Chilón-Sitalá, Yajalón, Salto de Agua.
DIÓCESIS
DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS.
Fotos:
Megaperegrinación por la Madre Tierra y la Vida de Los Pueblos, San Cristóbal de Las Casas, 25 de noviembre 2016. (Frayba)
Publicado originalmente en:
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