Para:
Lic. Enrique Peña Nieto.
Presidente
de la República Mexicana.
Corte
Suprema de Justicia
Sres.
Magistrados.
Lic.
Manuel Velasco Coello.
Gobernador
del Estado de Chiapas.
Centro
de Derechos Humanos Internacional
Fray
Bartolomé de las Casas. A.C.
Centro
de Derechos Humanos.
Fray
Matías de Cordova. A.C.
Consulado
de la República de El Salvador
A
mi familia y amigos
Presento:
Yo
Alejandro recluido en el penal #14, El amate, en el estado de
Chiapas, México desde el día 03 de abril del 2014, acusado por el
delito de Daños contra la salud en la modalidad de transporte.
Manifiesto
que estoy aquí injustamente sin haber cometido dicho delito:
Ya
que el día 1º de abril del 2014 fui interceptado por una camioneta
blanca sin placas, a la entrada de Tuxtla Gutiérrez sobre la
carretera Chiapas de Corzo-Tuxtla Gutiérrez; en dicha camioneta iban
cinco personas, tres en la góndola y dos en la cabina. Al
interceptarme me cierran el paso los tres sujetos que iban en la
góndola, me apuntan con una de sus armas cortas y me obligan a
detenerme. De la cabina baja un sujeto quien dice o se identifica
como comandante de la Policía Federal Ministerial, ordena que me
saquen del taxi -pues mi trabajo es ser taxista-, un sujeto abre la
puerta y me sacan con violencia apuntándome con sus armas. Yo
pregunto: qué pasó todo asustado. El comandante se dirige a la
parte trasera del taxí. Con las manos sobre la cabeza me obligan o
me trincan sobre el cofre, yo logro ver que el comandante mete la
mano a su cangurera y con la otra abre la puerta y dice: aquí lo
traes cabrón. Yo pregunto: -qué traigo. El comandante: droga
cabrón, no te hagas pendejo, ordenó, y a golpes con sus armas me
esposan con las manos hacia atrás y me suben a la camioneta, ordena
a uno de sus compañeros de apodo el muñeco, a que lleve el taxi. El
comandante conducía la camioneta, los otros tres sujetos empiezan a
torturarme arriba de la camioneta así como a sacarme todo lo que
traía, billetera, teléfono celular, pulso, reloj, un despojo total
y sus amenazas, golpes en la cabeza con sus armas, uno de ellos puso
su bota sobre mi cuello para que no levantara mi cabeza pues iba boca
abajo, y el cuestionamiento de que yo me dedicaba a vender y
transportar droga y que ya me venían investigando, que lo aceptara,
pues en la oficina se arreglaría todo. Yo me sentía aturdido y
negaba todo, pero ellos me golpeaban e insistían a que aceptara el
delito.
Llegamos
a la oficina del COE, me llevan a un cuarto y me dicen que ahí vamos
a arreglar. Me quitan las esposas y las pasan hacía adelante, me
obligan a alzar las manos hacia arriba, me ponen de rodillas y me
enganchan las esposas en unos ganchos sujetos a la pared. Empiezan a
decirme lo mismo que era un vendedor de droga, que la transportaba y
que les contara quién me lo vende, pero como yo no me dedico a eso
qué les puedo decir. Al contestar eso se paraban en mis pantorrillas
presionándome la rodillas, además me tomaban del cabello, me ponían
su bota sobre mi columna y me jalaban hacia atrás causando un dolor
horrible en mis rodillas y columna. Yo les decía que era injusto,
que no me dedicaba a nada ilícito. Llegó dicho comandante con un
tubo envuelto con franela y me dice que si no acepto el delito me van
a meter el tubo en el culo, se lo tira a otro sujeto y le dice que lo
pruebe, ese sujeto me da un golpe a cada lado abajo de las costillas
los cuales me desvanecieron. Recuerdo que me sentaron en una banca y
escucho que dice uno de ellos: ya llegó el dueño del carro o taxi.
Pedí ir al baño, me lo negaron así como comunicarme con mi familia
y hablar con mi patrón. Me dijeron que no tenía nada que hablar,
me pidieron mi licencia de conducir así como copia de mi documento
migratorio, luego me hacen firmar unos documentos y me trasladan a
las oficinas de la P.G.R. Al siguiente me van a traer y me presentan
ante el Ministerio Público a decir una declaración la cuál no la
tomaron sino que sólo me llevaron a firmar otros papeles.
El
Ministerio Público recibe ese mismo día a mi esposa y le dice que
con 150,000, mil pesos me suelta con todo y taxi pide otra cantidad.
Mi
esposa es la única visita que me permiten, me cuenta de la petición
del MP. pero yo le digo que no pague ningún peso porque yo no soy
ningún delincuente. El día tres mi señora trata de hablar con
dicho MP. pero es a través de otra persona, le dice que con
cincuenta mil o me manda directo al Amate.
Aquí
estoy por un delito que no he cometido, mal de salud, problemas con
mis rodillas, columna, presión arterial, todo a consecuencia de las
torturas de señores que aprovechándose de una charola y de la
autoridad se prestar a armar delitos para justificar su trabajo o
para inculpar a inocentes y que trabajan los delincuentes. Es penoso
que Gobiernos, trabajen duro, luchando por erradicar la corrupción y
existan muchos señores disque policías o autoridades, manchando
dicho trabajo.
Estoy
esperando una sentencia la cual acabaría de violar mis derechos, por
lo tanto solicito se considere este caso y pido justicia al Sr.
Presidente, más atención a los delitos inventados y mano dura para
estos funcionarios corruptos.
Así
pido protección para mi familia, pues si estos señores son capaces
de inventar un delito qué se puede esperar de ellos.
Atentamente.
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