Diócesis
de San Cristóbal de Las Casas, Provincia
de Chiapas.
Pastoral
de Movilidad Humana
San
Cristóbal de las Casas, Chiapas; 28 de Julio 2018
A
la comunidad creyente
A
todas las personas de buena voluntad
A
la opinión pública
A
las autoridades federales, estatales y municipales
“La
Iglesia, guiada por el Evangelio de la misericordia y por el amor al
hombre, escucha el clamor por la justicia y quiere responder a él
con todas sus fuerzas”
(Congregación
para la Doctrina de la Fe, Instrucción
Libertatis Nuntius
-6 de agosto 1984)
Como
Pastoral de la Movilidad Humana de la Diócesis de San Cristóbal y
Casas del Migrante pertenecientes a la Provincia de Chiapas,
levantamos nuestra voz en esta acción llamada Juntos Contra la Trata
de Personas.
Queremos
expresar que la trata de personas, comercio de personas o tráfico de
personas es el comercio ilegal de seres humanos con propósitos de
esclavitud laboral, mental, reproductiva, explotación sexual,
trabajos forzados, extracción de órganos, o cualquier forma moderna
de esclavitud contra la voluntad y el bienestar del ser humano.
Haciendo
una remembranza, en diciembre 2013, la Asamblea General de la ONU
aprueba establecer medidas para combatir la Trata de Personas, en ese
marco se instituye el 30 de Julio de cada año como el Día
Internacional contra la Trata de Personas.
En
la estadística actual la ONU, en base a la OIT se estima que 21
millones de personas son víctimas de trabajos forzados en el mundo,
lo cual significa que existen miles de millones de víctimas no
reconocidas en los incontables rostros de la Trata de Personas.
Hoy
levantamos nuestra voz y nuestro corazón en contra de este crimen de
lesa humanidad, donde los más vulnerables están siendo los niños,
niñas, adolescentes, personas en situación de migración,
jornaleros agrícolas, nuestras comunidades indígenas, familias en
situación de violencia y desintegración, obligados a algún tipo de
esclavitud.
Está
en riesgo la humanidad, ya que este crimen ha llegado a considerar a
la persona como desechable. La degradación humana y ética nos hace
a todas y todos víctimas y victimarios. La indiferencia y el
silencio nos convierten en cómplices.
En
una mirada a la historia el problema es muy antiguo, sin embargo, la
modernidad auspiciada por la impunidad va creando modos peores y más
deshumanizantes que los del pasado, esto es malo, es cruel, es
criminal, ha dicho el Papa Francisco “Nadie puede fingir de
no sentirse interpelado por las nuevas formas de esclavitud
gestionadas por organizaciones criminales que venden y compran a
hombres, mujeres y niños como trabajadores de la construcción, en
la agricultura, en la pesca y en otros ámbitos del mercado. Cuántos
menores son aún hoy obligados a alistarse en las milicias que los
transforman en niños soldados. Cuántas personas son víctimas del
tráfico de órganos, de la mendicidad forzada y de la explotación
sexual” (JMMR 2016)
El
crecimiento del crimen organizado y la corrupción a todos los
niveles ha favorecido que estas formas de esclavitud estén
protegidas por las instituciones que deberían defender a la
población de estas aberrantes prácticas. Basta girar la mirada y
encontrarnos con el aumento de cantinas, bares, comedores con venta
de cerveza en cualquier punto de pueblos, ciudades y caminos de
nuestra Provincia de Chiapas, sin simular los cuerpos de niñas y
adolescentes nacionales y extranjeras que a la par se ofrecen en
medio del dolor y muerte que han de interpelar a la Iglesia y a toda
la comunidad humana.
Es
nada más una parte de la evidencia que nos conmina a todos a
ponernos de pie, a no callar, a aumentar la conciencia y a adoptar y
construir juntos medidas para prevenir y proteger que no haya más
víctimas, para denunciar y combatir este mal asegurando una justicia
que rehabilite a quienes se han denigrado y penalice a los mercaderes
y cómplices de acuerdo a la normativa y el derecho.
Invitamos a los servidores públicos de todos
los niveles al ejercicio de buenas prácticas, libres de corrupción
en materia de Tráfico, Trata y Crimen Organizado, por ser hechos
indecentes e inhumanizantes, crímenes de lesa humanidad.
A
las víctimas, les ofrecemos este principio como siembra del sueño
de que la injusticia que abrasa su realidad no tiene la última
palabra y que la esperanza ha comenzado a ver la luz.
Hna.
Gloria Estela Murúa Valencia, S.A
Coordinadora
de la Pastoral de Movilidad Humana.
Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
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