San
Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México a 12 de junio de 2014
Por el reconocimiento de
niñas, niños y adolescentes trabajadores.
Pronunciamiento
La crisis económica
mundial ha tenido fuertes repercusiones en México, impactando sobre
todo en los sectores más empobrecidos. La pobreza y exclusión
social van creciendo en la misma medida en que los Estados no
establecen políticas sociales integrales que contrarresten el
deterioro de vida, incluyendo el mejoramiento de las condiciones
laborales y salarios de millones de personas que diariamente buscan
los ingresos económicos suficientes para satisfacer sus necesidades
primordiales. Cada vez son más las niñas, niños y adolescentes, en
particular indígenas, quienes se integran al trabajo en búsqueda de
mejores condiciones de vida para ellos y sus familias.
En México, 18 millones
de niñas, niños y adolescentes viven en pobreza multidimensional y
según las últimas cifras oficiales, más de 3 millones y medio de
niños y niñas de 5 a 14 años realizan alguna actividad económica,
y en Chiapas la cifra alcanza los 82 mil 276 de los cuales el 73.11%
trabaja en el sector primario, y el resto en actividades artesanales
e industriales (6.7%) y de servicios (19.44); el 43% no asiste a la
escuela y el 57% combina el trabajo con el estudio (INEGI, 2011).
Guerrero, Oaxaca y Chiapas son los estados donde ese fenómeno tiene
una mayor presencia y es recurrente en las entidades del sur-sureste.
En San Cristóbal de Las Casas, de acuerdo al último conteo
temporada baja realizado en febrero de 2014 por Melel Xojobal, 2,594
niñas y niños trabajan y 1,205 acompañan a sus familiares mientras
éstas realizan sus actividades laborales, más del 92.2% son
indígenas.
El trabajo de la infancia
en Chiapas tiene diversas expresiones y modalidades y es importante
reconocer las particularidades de cada situación para diferenciar
entre trabajo y explotación, ya que el problema no es que niñas,
niños y adolescentes trabajen sino las condiciones en que lo hacen.
El deterioro de la calidad de vida es una de las principales causas
por las que trabajan, pero también existen diversas motivaciones
individuales para hacerlo como la autonomía personal, el
reconocimiento social y la solidaridad con los adultos sobre quienes
recae la responsabilidad de sostener y satisfacer las necesidades de
la familia.
Los empeños para
“erradicar el trabajo infantil”, dirigidos desde la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y su Programa Internacional para la
Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) como la reciente aprobación
en la Cámara de senadores para reformar el Artículo 123
constitucional y elevar de los 14 a los 15 años la edad mínima de
admisión al empleo, pretenden transformar la realidad por decreto,
resultan inviables, omiten la responsabilidad del Estado y denotan un
profundo desconocimiento de la realidad de la infancia y adolescencia
trabajadora. Frente al galopante empobrecimiento de la población,
alcanzar la meta de la agenda hemisférica de la OIT para la
eliminación de las peores formas de trabajo infantil en el 2015, y
la eliminación del trabajo infantil en su totalidad para el 2020, es
sólo un buen deseo.
Hablar de la
“erradicación del trabajo infantil” sin considerar la creación
de un Sistema Nacional de Garantía de Derechos de la Infancia que
revierta las condiciones estructurales de marginación y exclusión
de la población infantil y adolescente resulta no sólo inviable
sino que además denota un profundo desconocimiento de la realidad de
las niñas, niños y adolescentes trabajadores y sus familias.
En diciembre de 2013,
niñas, niños y adolescentes reunidos en el 5to Encuentro de niñas,
niños y adolescentes trabajadores de San Cristóbal de Las Casas,
expresaron: “Trabajamos porque la situación actual es muy difícil,
nuestros padres no tienen buenos trabajos y los precios de los
productos son muy caros y ayudamos a la familia”. “Tenemos
derecho a trabajar porque nos da dignidad, experiencia y
aprendizajes.” “Nosotros estamos en contra de esa ley sobre la
edad para trabajar” “El trabajo es una fuente de vida y cuando
trabajamos nos sentimos felices y satisfechos”.1
Miles de niños, niñas y
adolescentes trabajadores exigen al Estado y la sociedad ser
reconocidos como sujetos de derechos y sujetos sociales activos
capaces de incidir en su entorno, como ciudadanos con una identidad y
voz propia con derecho a ser escuchada y tomada en cuenta; exigen un
trabajo digno y libre de explotación y maltrato, no sólo para ellas
y ellos, sino también para sus familias; un trabajo que sea
formativo y contribuya al mejoramiento de su calidad de vida; exigen
el cumplimiento de todos sus derechos y la posibilidad de desarrollar
y alcanzar su proyecto de vida en condiciones de equidad, dignidad y
libertad.
Hoy, en el Día Mundial
contra el Trabajo Infantil, hacemos un reconocimiento a las miles de
niñas, niños y jóvenes trabajadores de Chiapas, México y el mundo
y un llamado a todos los órdenes de gobierno para:
· Transformar del
paradigma actual de erradicación del trabajo infantil, hacia uno que
reconozca a las niñas y niños trabajadores como sujetos sociales
que participan activamente en la transformación de su realidad.
· Crear un Sistema
Nacional de Garantía de Derechos de la Infancia y asignar recursos
suficientes para revertir las condiciones de exclusión en las que se
encuentran millones de niñas, niños y adolescentes trabajadores,
superando el asistencialismo y las acciones paliativas que hasta
ahora han resultado infructuosas.
· Promover el respeto,
defensa y cumplimiento pleno de los derechos humanos de las niñas y
niños trabajadores, incluido aquel que garantiza la protección
contra todas las formas de explotación económica.
· La participación
activa de las niñas y niños trabajadores en la toma de decisiones
relacionadas con iniciativas y programas de atención dirigidos a
ellas y ellos.
Como Melel Xojobal A.C.
nos sumamos a la exigencia de niñas y niños trabajadores
organizados en América Latina:
¡Sí al trabajo digno –
no a la explotación! ¡Sí al trabajo protegido – no al castigo y
al abuso! ¡Sí al trabajo reconocido – no a la exclusión ni
marginación! ¡Porque trabajamos para estudiar y estudiamos para
trabajar! ¡Por la Dignidad de los Niños Niñas y Adolescentes en el
mundo entero!
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